Seguramente has escuchado a muchas personas decir: «Estoy triste» o «Estoy deprimido», y aunque estos dos términos suenen similares, tienen diferencias significativas. Por ello quiero hablarte de qué es la tristeza y qué es la depresión, para que puedas entender mejor tus propias emociones.
Empecemos por la tristeza. La tristeza es una emoción básica y natural que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Es una respuesta a una pérdida, decepción o evento desafortunado. Por ejemplo, es normal sentirse triste cuando perdemos a un ser querido, cuando nos rompen el corazón o cuando no logramos alcanzar una meta que nos habíamos propuesto. La tristeza es temporal y se desvanece con el tiempo a medida que procesamos nuestras emociones y encontramos maneras de superar la situación.
La tristeza es una emoción sana y necesaria. Nos permite expresar nuestras emociones, llorar si es necesario y pedir apoyo a nuestros seres queridos. Además, la tristeza puede motivarnos a hacer cambios positivos en nuestras vidas y a aprender de nuestras experiencias.
Por otro lado, la depresión es una enfermedad mental que va más allá de la tristeza normal. Es un trastorno que afecta nuestro estado de ánimo, pensamientos y comportamientos. A diferencia de la tristeza, la depresión no desaparece por sí sola ni se puede superar simplemente «poniéndose de buen humor». La depresión persiste durante semanas, meses o incluso años, y puede interferir significativamente en nuestra calidad (en otro blog prometo hablarte más al respecto)
En algún momento de la vida nos enseñaron qué hay emociones buenas y malas, y entre las malas incluyeron la tristeza y esto no es real, todas las emociones nos ayudan a sobrevivir, a adaptarnos al ambiente y situaciones que vivimos. Y estar tristes definitivamente no es igual a estar deprimidos.
Si hay algo que hoy te esta causando tristeza, es válido, no te asustes, no te niegues tu emoción, vívela y apóyate en seres queridos, cómo ya te comenté ella es pasajera.
