Tener un autoestima saludable debería ser tarea fácil, sin embargo, no lo es en todas las circunstancias.
Nuestra autoestima es el valor que nos damos a nosotros mismos, y dicha autovaloración se construye a lo largo de la vida por medio de elementos subjetivos que van incidiendo sobre nuestras emociones e incluso creencias.
No obstante, es en nuestra infancia donde se construyen las bases de lo que será dicha valoración. Lo que vivimos en el hogar, el cómo nos tratan, la manera en que nos vinculamos con nuestras figuras parentales, la escuela, nuestros pares, la sociedad y cultura en la que crecemos, aquello que vemos en los medios de comunicación (hoy día sobretodo las redes sociales) va a influir en nuestra autoestima, de forma positiva y/o negativa.
Hay situaciones en la vida que pueden afectarnos de tal manera que nuestra valoración sobre nosotros mismos se vea afectada en determinado momento, y la forma en que nos percibimos sea más negativa que antes.
Por ello reitero que hablar de autoestima saludable no es tan sencillo.
No te desanimes, siempre podemos trabajar en ella para sentirnos mejor con nosotros mismos.
Dentro de las cosas que podemos hacer para mejorarla están:
- Acudir a terapia y trabajar en las situaciones que han afectado nuestra autovaloración.
- Trazar metas y objetivos nuevos que sean reales y alcanzables para mi (preferiblemente algunos a corto y mediano plazo).
- Identificar las situaciones en las que seguramente me estoy comparando y dejar de hacerlo.
- Haz una lista de tus habilidades, valores, características positivas (puede que en un inicio no las identifiques bien, puedes ir agregando más con el tiempo) y colócala en un lugar donde puedas verla y leerla a diario.
- Empieza a hablarte con la misma amabilidad y comprensión con que seguramente tratas a otros.
Hay muchas otras cosas que puedes hacer para elevar esa autoestima, es hora de comenzar a hacerlo.
