Soy Zen

Activa el tercer ojo: sexto chakra

Hoy, nos sumergiremos en el fascinante reino de los chakras, esos vórtices de energía que danzan a lo largo de nuestra columna vertebral, conectando cuerpo, mente y espíritu. En particular, exploraremos el místico sexto chakra, también conocido como Ajna, o el Tercer Ojo; un centro muy poderoso para nosotras.

Antes de adentrarnos en las profundidades del sexto chakra, recordemos que los chakras son centros de energía que interactúan entre sí, son quienes definen cómo nos sentimos y nos actuamos desde un balance que necesita de cuidados. Desde el arraigo en el primer chakra hasta la conexión espiritual en el séptimo, cada uno despierta un aspecto único de nuestra existencia. Es así como el yoga es uno de los mecanismos para cuidar estos centros energéticos que como todo deben ser ejercitados y cuidados.

En la tradición hindú, el Ajna se considera el centro de la intuición y la percepción. Es el ojo interior que nos permite ver más allá de las apariencias y comprender la verdad esencial. Representado por el color índigo, este chakra es la puerta a la sabiduría y la claridad mental.

El Ajna regula la glándula pineal, responsable de la producción de melatonina y la regulación de nuestros ciclos de sueño. Además, influye en la capacidad de visualización, en la toma de decisiones y en la conexión con la intuición. Un tercer ojo equilibrado nos guía hacia una comprensión más profunda de nuestro propósito y del mundo que nos rodea.

Un Ajna alineado nos permite ver más allá de las limitaciones físicas que suelen primar en nuestras mentes, conectándonos con la esencia espiritual de la existencia. Este chakra es muy poderoso, es la puerta a nuestra mente y la toma de decisiones que será la que dicte nuestro camino. Por eso es tan importante ser consciente de su accionar en nosotras y lograr identificar si algo no va bien y entender si es esta la causa. Porque cuando este chakra está desalineado, podemos experimentar confusión mental, falta de claridad y dificultades para tomar decisiones fundamentadas, vas a verte envuelta en acciones pasionales que no responden a tu propósito mejor.

Si te sientes así, estos son tres ejercicios de respiración o posturas que ayudan a abrir el tercer ojo, pero siempre la recomendación está en poder indagar en esos comportamientos o sentires para así poder ver con claridad aquello en lo que tenemos que trabajar.

  1. Postura del niño (Balasana): Arrodíllate, estira los brazos hacia adelante y baja el torso hacia el suelo tratando de que se adentre en tus caderas. Esta postura calma la mente y permite una conexión interna profunda.
  2. Postura del águila (Garudasana): Cruza una pierna sobre la otra en una postura de silla y entrelaza los brazos frente a ti tratando que los dedos toquen la palma contraria. Esta posición fortalece la concentración y equilibra la energía en el área del tercer ojo.
  3. Respiración alternante de narinas (Nadi Shodhana): Cierra suavemente una fosa nasal mientras inhalas, luego cierra la otra mientras exhalas. Esta técnica equilibra la energía en el cuerpo y calma la mente en momentos de mucho estrés o caos.

Si llegaste hasta el final es que la curiosidad pasó al interés profundo y hay algo en tu mente resonando. El poder de los chakras puedes reconocerlo solo si estas presente y consciente, ahora con todos los estímulos externos, las actividades y listas de pendientes no tenemos tiempo para detenernos a escuchar a nuestro cuerpo, por eso con cada ejercicio o postura te invito a que lo practiques desde la autoconciencia, entendiendo que todo es un proceso y que la constancia será la única capaz de reflejar cambios. Que este viaje hacia la apertura del tercer ojo te guíe hacia la sabiduría interior y la percepción clara.

¡Que la luz del Ajna ilumine tu camino hacia la verdad!

​​

MÁS ARTÍCULOS QUE TE PUEDAN INTERESAR